Erasmus-eando que es gerundio

Archive for noviembre 2010


Pues sí. Son las 23.00 del sábado 26 de noviembre de 2010 y…en poco más de 12 horas estaré en el aeropuerto preparada para recibir una graaaan visita. Ester y Jesús pasarán aquí tres diítas. La verdad, me puedo considerar una «erasmus» privilegiada: primero mis padres, luego Vicky (aunque lo de esta señorita no fuera una visita, si no intereses propios :P), ahora Ester y Xuski; y en breves Gloria, Carmen y María del Mar, naturales de Pozoblanco todas ellas.

Así que, yo más feliz que una perdiz. No adelantaré acontecimientos, pero pronostico un fin de semana muy entretenido, muy turístico, muy nocturno y muy amistoso. Ay qué ganas tengo!

En otro orden de cosas, desde que conté lo del Spanish Day no he vuelto a contar mucho más. Lo más reciente que me ha pasado fue la fiesta del miércoles, de la cual todavía me estoy recuperando. Con una pre-party apoteósica en el piso de los franceses, a eso de las 11, unos 50 erasmus cogíamos el LUAS caminito de Temple Bar. Más concretamente de una discoteca de cuyo nombre no quiero acordarme, donde la Student Union de nuestra Universidad había organizado una fiesta de «graffiti». El graffiti ya os lo imaginaréis: camisetas blancas para todos y rotuladores de colores. Tras la pre-party y la hora que era, os podéis imaginar mi camiseta: con unos lamparones de mil demonios y con frases indescifrables (la gente, que no tiene pulso). Y bueno, también os podréis imaginar la cara del personal. Parecía que nuestros primos de 2 años habían estado jugando con los Carioca en nuestra cara.

En fin, que la verdad es que fue muy divertida. Como la vuelta a casa en un taxi con un taxista de los que siempre esperas que te toquen (sí, muy guapo el muchachito). Cuando llegamos a la resi, fuimos a mi piso a coger unos vasos de plástico para volver a irnos al piso de los franceses. Cual fue mi sorpresa que mi alemana, a la que media hora antes había visto en la discoteca, estaba ya durmiendo. Claro, no fui la única que se dio cuenta, todos los demás también, así que ya os podéis imaginar el cachondeito: Annikaaa sal de tu habitación!, Annikaaa, estamos aquiii!. Claro, tras 10 minutos pronunciando su nombre, la chica salió de la habitación con todos los pelos en la cara, cual Niña del Exorcista, queriendo calumniar a todas las madres que nos habían parido a los allí presentes. Yo, en un acto reflejo, conseguí pegar un empujón, echar a todo el mundo fuera, salir yo y cerrar la puerta. Todo eso en aproximadamente 5 segundos. Sí, soy una máquina.

Por supuesto, me guarda rencor. No me ha dicho nada, pero se lo noto. Se pasea por casa con mirada desafiante y le cuesta dirigirme la palabra. Bueno, en verdad siempre le ha costado, pero es que es una chica de pocas palabras. Aunque de muchos pelos. Y es que hoy, que he hecho limpieza general, he recogido más cabellera rubia que en mi vida. Y los que bien me conocéis, sabéis que no hay cosa que más asco me de que los pelos. Bueno sí, que mi casa esté inundada de ellos. Ay Señor, llévame pronto.

En fin, que en esas estamos. La verdad es que queda un suspiro para irnos en navidad, y ya se empieza a notar a la gente con mezcla de sentimientos: por una parte, ganas de ver a familia, amigos, estar en casa… y por otra, pena. Porque han sido, hasta ahora, 3 meses geniales y sabemos que a la vuelta sólo quedarán exámenes y despedidas, ya que hay mucha gente que en Enero abandona el barco. Pero bueno, esto es así, todo lo bueno se acaba, y el Erasmus también.

Aunque señores, a mí todavía me queda hasta Junio. Así que… ¡Que Dios nos pille confesados!

Y hoy, os dejo dos fotitos:

Fiesta!

Vale, no salgo, pero es para que veais de qué iba la fiesta de la que os hablo (qué rabia no salir!)

España

Y esta para que nos veáis en acción el "Spanish Day". Ole y ole!


Pues sí. Una nueva entrega de «…No existe, son los padres» llega de la mano de erasmuseandoqueesgerundio production (o Facebook, a ser ciertos). Tras «la digestión no existe, son los padres» o «el final de Lost no existe, son los padres», tengo el placer de presentarles …»La beca Erasmus no existe, son los padres«. La más real de todas cuantas hayan podido imaginar.

Y es que, sé que mucha gente llega y llegará a este blog tras poner cosas en Google tipo: «beca erasmus irlanda», «dublin erasmus», «borrachera irlanda erasmus», «cubatas erasmus dublin», «follar ligar erasmus irlanda». En fin, que para todo esos (y también para vosotros) va este post.

Todo empieza en aquel momento en que te mandan un correo a tu email los de Relaciones Internacionales de tu Universidad titulado «Pruebas de Movilidad«. Entonces, tú te haces esa pregunta aplicable a otros muchos momentos de tu vida: ¿Y por qué no?. Acto seguido, coges el boli, te vas al salón de actos y haces la prueba de inglés. Con un poco de buena suerte apruebas, te hacen media con otras 1000 cosas (lo que invalida casi del todo la anterior prueba de inglés) y te colocan en una lista de nosécuantasmilesdepersonas.

El segundo paso es elegir destino. Tras ver como las primeras mil personas pasan delante de ti para elegir Universidad, empiezas a tachar ciudades como loca de la lista:

– «Mmm…vale, ya no me puedo ir a Londres. Tampoco me pierdo nada, es una ciudad normalita»;
– «Bueno, Copenhague… en realidad tampoco estaba tan bien, hasta Añora tiene más encanto»;
– «Holanda nada. Total, para qué voy a querer estar de coffee shop en coffee shop…»
– «Ah bueno, que del Reino Unido ya no queda ninguna Universidad. Total, para qué, el inglés que hablan allí es muy malo».

Y de repente: OMG. Hay una plaza en el sur de Dublín. ¡Pero si Irlanda era de mis primeras opciones! (no me preguntéis por qué). Vale, pues me voy a Dublín («que se debe estar muy calentito»).

En fin, que te plantas aquí con una mano delante y otra detrás…. y al lado la de tus padres en modo de cheque bancario. Y es que, lo de ERASMUS sí, pero ¿de dónde os habéis sacado lo de BECA?. Voy a excluir de este post a todos aquellos que son becados por el MEC (malditas ratas de cloaca) y sólo os hablo a vosotros, queridos amigos, los que venís con la magnífica ayuda-erasmus de este, nuestro Estado capitaneado por Mr. Zapatitos.

Sé que a los que no sabéis de que hablo os está comiendo la curiosidad por dentro. ¿Cuál será la cantidad?, ¿cuánto les darán a estos chicos para sobrevivir?. Bien, pues voy a empezar, pero por el final.

Irlanda está en crisis, sí. En bancarrota, de acuerdo. Pero sigue siendo uno de los países más caros de Europa (y con los sueldos más altos). Mi habitación en este apartamento en el que vivo cuesta al mes…tachán, tachán: 475 euros. A eso, le sumamos gastos de electricidad y lavandería. Vienen a ser, para no caer en la exageración… unos 500 euros al mes sólo en vivienda.

Si seguimos echando cuentas, sumamos…

– Unos 100 euros de comida al mes y unos 50 euros de transporte (i/v a Dublín: 4’30 euros. Casi me sale más barato irme a Madrid, gracias).

– Bueno, estamos de Erasmus, así que…habrá que salir, aunque sea ALGO, ¿no?. Por botellón pongamos que nos gastamos unos 7-8 euros (esto siendo muy ratas, que quiere decir, comprando el ron-mata-insectos del Tesco (el Mercadona de Irlanda)). Y pongamos que hacemos botellón….10 veces al mes (no es nada si contáis con que un mes tiene 30 días!). Unos 80 euros en total.

– A esto tenemos que sumar la entrada a las discotecas (nada barata aqui, por cierto) y los taxis nocturnos o buses nocturnos hasta casa (5 euros por trayecto).

Como me he cansado de contar y soy horrorosa para los números, voy a hacer un redondeo a la baja y…. esto…. bueno… En fin, que de 800 euros al mes no baja.

Muy bien, ¿pues queréis saber cuánto dinero nos da nuestro querido y agradable Gobierno? (tampoco me voy a quejar mucho, que por lo visto el anterior daba aún menos). ¡¡¡300 euros!!!. Sí señores. 300 miserables euros para sobrevivir en la fría Irlanda (en mi caso, claro). Así que, de este modo llego a mi conclusión.

Lo que quiere el Estado español con estas miserables ayudas a los estudiantes erasmus es desarrollar nuestras habilidades (por supuesto, ocultas hasta ahora) de la cleptomanía y la tacañería. De la primera no voy a hablar, no vaya a ser que el CSIC me enganche la IP y la jodamos.

Pero de la segunda…ay amigos, la segunda. Si le preguntáis a cualquier erasmus irlandés que dónde se ha comprado más ropa (si es que lo ha hecho) desde que ha llegado, os dirá: «En el Penneys«. Y no será por lo bonito de la ropa, ni por la calidad, si no porque comprarte 4 camisetas por 4 euros no está nada mal. Además, un erasmus siempre os podrá enseñar los monumentos/atracciones turísticas de la ciudad….por fuera. Por dentro, ni preguntéis, no creo que ninguno haya pagado los más de 4 euros que vale visitar una iglesia como la de St. Patrick (¿yo pagar pa’ ver una Iglesia?, ¿mande?) o cualquier otro tipo de lugar.

Lo mismo os puedo decir de restaurantes o bares de copas. Haber, hay muchísimos, pero como mucho, en Dublín, un erasmus os enseñará el Mc Donald’s 24 horas y, para beber, el Dicey’s, que los martes tiene birritas a 2 euros. Fijaros hasta donde llega nuestro arte de cicateros, que esperamos a las 8 de la tarde para que pongan el «Reduced» de nuestro preciado supermercado, Tesco. Esto, para los que no son doctos en materia supermercadil irlandesa, es lo que hacen con los alimentos a punto de caducar o incluso ya caducados. Los ponen en «Reduced» (entiéndase, rebajado) a un precio de 0’03, 0’07… A lo mejor te mueres, pero oye, que lo que no mata, engorda.

Y esto va sin segundas intenciones. Simplemente, me chifla esta canción!! Have fun!


Ayer fue el Spanish Day en mi universidad. Y fue genial. Para empezar, contábamos con distintas especialidades…A decir verdad, no eran tantas. Paula y Bea (Oviedo) prepararon dos tortillas; Arantza y Sara (Burgos) cocinaron también tortillas pero con chorizo; Maria José y Jimena (Burgos, también) hicieron torrijas; Patrick (Madrid) aportó una buena cantidad de embutido que le había traído la semana pasada su novia desde España; y aquí una servidora (Pozoblanco, Córdoba) hizo otras dos tortillas.

Así las cosas, colocamos nuestra bandera de España, algunos se pusieron la camiseta de la selección, pusimos el Spotify a toda leche con hits del tipo «Como Camarón» o «A bailaaar, a bailaaar, a bailaaar, alegres sevillanas, todo el mundo a bailaaar, a bailaaar, a bailaaar… ven conmigo a bailaaar» (confieso que a veces, con estas músicas, tenía ganas de quitarme la vida)… et voila! SPANISH DAY para todos.

El inicio fue desastroso. Algún que otro Erasmus compraba, pero no había mucho éxito. Como nos estábamos viendo jodidos, y hacía un día estupendo (con sol incluído), empezamos a planear llevarnos las tortillas, pillarnos unos litros de tintorro y hacer camping con tortillas+sangría. Cuando ya estábamos dando rienda suelta a nuestra imaginación y nos veíamos perdiendo la consciencia con la «sangriada», nuestras ilusiones se fueron al traste.

Se empezaron a vender pinchos de tortilla como rosquillas. Y no os digo nada de las torrijas, un éxito total. Los erasmus estaban encantados con la combinación pincho de tortilla+pincho de embutido. Todo por el módico precio de 2 euros, y ellos contentos mezclando la tortilla con el sabor del chorizo, el salchichón… desde luego, por sus caras parecían estar descubriendo un mundo nuevo.

Algunos estuvimos haciendo de tenderos desde las 10 hasta las 4, pero la verdad que era entretenido, y anécdotas hubo para dar y regalar. En una ocasión, se nos acercó un cura (no sabemos de dónde saldría) y, ni corto ni perezoso, se agarró un buen trozo de tortilla con chorizo. La conversación fue algo así como:

Cura (acercándose a la mesa y cogiendo el trozo de tortilla): Oh…espaniolesh..¿qué es esto?
Patrick: Algo que cuesta un euro, jeje.
Cura: adddsdadas (es decir, ni idea).
Yo: Vamos a ver, mire usted…esa tortilla cuesta un euro.

A esto que el cura, mirándome mal debido a mi no-sutileza, se mete la mano en el bolsillo y se saca un euro. Empieza a hablarnos de varias cosas que no recuerdo y yo, aprovechando un despiste suyo, miro a Patrick y empezamos a despotricar: «menuda cara…», «con la Iglesia hemos topao«, «no es listo el cura ni ná»,…

Y de repente, como quien no quiere la cosa, como si estuviéramos en Lourdes, el cura se saca de la chaqueta 10 euros y nos los pone en el bote. Entonces es cuando pensé que había gente a la que sí le servía la doctrina. El pobre sólo se cogió un trocito de pastel y se fue, dejándonos 9 euros de más en el bote sin haber hecho ningún gasto. Y yo fui tan rata de pedirle aquel primer euro… Así que desde aquí quiero decirle a ese señor solo tres palabras: Dios le bendiga (jajajaja, ni en el día de mi comunión he estado tan católica y apostólica).

En fin, tras esta anécdota vino una que la superó con creces. Para mí, lo mejor de todo el día. Resulta que se nos acerca una irlandesita super emocionada. La chica nos cuenta que su novio es valenciano y que le va a llevar dos trozos de tortilla y dos torrijas. Nos hablaba español, porque según decía, quería practicarlo. Así que la conversación fue algo así:

Irlandesaconnoviovalenciano: Si, tortilla va a encantar a mi novio. Grasias. Quiero mejorar mi espaniol, puedo venir en la universidad a hablar con vosotros, jeje.
Patrick: Claro!! Cuando quieras ven y hablamos en español.
Irlandesaconnoviovalenciano: Vale, muchas grasssias…Por siercho, ¿cómo eran los números en espaniol…? Uuuno…dos…tres….cuatrro…
Patrick: Cinco…
Irlandesaconnoviovalenciano: ¡Por el culo te la hinco!

¡Imaginaos la cara que se le quedó a Patrick! Y por supuesto, la risa que nos dió a todos… Nos queríamos morir. De hecho, yo ya quiero hacerle un monumento a esa chica en el hall de la Universidad. Muy grande la irlandesaconnoviovalenciano.

Al final, recaudamos 120 euros, así que con un canto en los dientes. Muy contentos por la iniciativa, por la noche nos fuimos todos de copichuelas a un bar donde había karaoke. Como era de esperar, acabamos la jornada con algunos de los erasmus en el escenario, sacando el factor X que llevan dentro (aunque, la verdad, lo deben de tener bastante escondido…).

Fue un día genial, y hoy, ya que ayer habíamos despertado la morriña española, Jimena nos ha preparado unas deliciosa lentejas, que me han hecho acordarme mucho de mi casa y de las lentejas de mi mamá. Pero bueno, ya estamos a mediados de noviembre y apenas queda un mes para volver. Y lo mejor de todo, en este mes que queda tendré dos visitas muy especiales. La primera, la semana que viene. ¡¡Esto tiene buena pinta!!.

Sector franco-español en el karaoke

Sector franco-español en el karaoke


Vuelvo a la carga. Tras dos días muy duros vendiendo pastelitos, vengo a contaros «buenas nuevas». No os cachondéeis, que tiene su aquel lo de vender pasteles. Sobre todo, porque estamos en Irlanda y aquí no se puede decir lo de «Pasteeeel pa la nena, pasteeel pal nene«, «Oiga, oiga, que me los quitan de las manos» «ten-goooo magdalenas, tengo galletas, tengo bizcocho, tengo de tó» (con la canción de la ONCE, por si no lo pilláis).

Tonterías aparte, de momento nos va bastante bien. Entre los dos días hemos recaudado unos 200 euros y todavía nos queda mañana y toda la semana que viene, la cual será sobre la gastronomía internacional. De hecho, el miércoles es el día SPANISH. Vamos a hacer unas poquitas tortillas de patatas,y con eso más unas baguettes: Al rico pincho de tortilla, oiga!. Ya os contaré, porque alemanes y franceses también van a hacer día gastronómico, pero auguro que nadie triunfará tanto como los españoles. Pa’ algo somos los que mejor comida tenemos.

En fin, el otro día, dándole vueltas al asunto, no entendía por qué, desde aquel suceso de la alarma de incendios y mi plancha, no os he vuelto a contar cosas de ese ser, mi alemana. Sí, porque esto es algo que he observado en la residencia. Los españoles nos apropiamos de las personas con las que vivimos, pero no las llamamos por su nombre, si no por su procedencia. Es decir, que si Patrick vive con David, que es francés, pues para nosotros ya se convierte en «El francés de Patrick». O, si Francesca vive con Melanie (alemana), pues ya pasa a ser «La alemana de Francesca». Bien, pues como Francesca, yo también tengo una alemana, MI alemana.

Vaya por delante que la considero buena persona. Callada (singracia, insulsa, más sosa que un caldo babas), pero al fin y al cabo, buena persona. Bueno, pues como una cosa no quita la otra, la sosita también se las trae a veces. El otro día, sin ir más lejos, tuve que venir al apartamento con Elodie, una francesa, a hacer un trabajo. La verdad es que estábamos bastante estresadas, y en un momento de rélax, le dije a Elodie que no hacía falta que se bajara a la calle a fumar, que abriese la ventana y fumase ahí. ¡En qué momento, díos santo!. Cuando llegó la alemana, abrió la puerta y a la vez que se le activaba el olfato se le encendieron los ojos llenos de ira. Empezó a gritar que quién había fumado en casa y que nos iban a quitar los 500 euros de la fianza, porque está prohibido. ¿¿Pero qué me cuentas??.

Bueno, pero es que la cosa no queda ahí. Rompió un mueble y se compró una caja de herramientas para arregarlo («por si nos quitaban la fianza»); creía que había perdido las llaves del apartamento y casi se vuelve a Alemania («por si le quitaban la fianza»); no quiere quejarse al casero sobre nuestro internet (¿por qué? ¿por qué?, muyyy bien!, «por si nos quita la fianza»).

Las historias de mi alemana no terminan aquí. A la chita callando me ha liado otras pocas. Mítico fue el día que me tiró todo el aceite que yo tenía reservado para frituras de tortillas de patatas. Al parecer ella no sabía que se podía reutilizar el aceite. Además, se ha adueñado de la mesa del comedor y es «territorio comanche» (suyo, claro). Pero, lo más sorprendente, es que tiene el síndrome de la sobrina del de Pecuarias. Los que no sois de Pozoblanco, no lo entenderéis claro, pero es que esta chica tiene la manía de dejarse encendidas TODAS las luces de la casa. De día, de noche, truene, haga sol o caigan chuzos de punta. Vamos, que si fuera de mi pueblo le diría «Niña, ¿qué te crees que tienes, un tío en Pecuarias*?».

En fin,que os podría contar muchos más detalles, pero creo que por hoy me he quedado bastante agusto. Otra de las cosas que me trae de cabeza en Dublín (bueno, en Tallaght) es mi casero. Porque, señores, tengo un casero fantasma. No sé si prefiero el viejo-rata del año pasado que cuando eran 34’52 céntimos nos pedía los 2 céntimos; o éste, que no sé ni siquiera si existe. Nuestro internet es cada día peor, para ducharnos tenemos que darle a un botón un cuarto de hora antes (bueno, si no quieres agua caliente, no tienes que darle), para cocinar hay que darle a otro botón, la luz va por tarjetitas que se compran en una papelería… en fin, que este casero-fantasma y su sistema me trae de cabeza. Lo bueno es que puedo hacer y deshacer lo que quiera y como quiera, así que de momento seguiré campando a mis anchas. Aún a riesgo de que me quite la fianza.

Os dejo una foto de mi resi, mi casa es, de la segunda fila (por arriba o por abajo, jiji), la cuarta ventana empezando por la izquierda (o la segunda por la derecha). Raro es que no esté la luz encendida.

Mi residencia

Mi residencia!

* Pecuarias es la empresa que suministra luz a Pozoblanco 😛


Son las 4 de la tarde y es de noche. No es que esté cayendo el sol, ni que ya empiece a oscurecer. No. Es que es noche CERRADA. Así que, como no tengo nada mejor que hacer, me hago un cafetito y me dispongo a contaros un finde bastante entretenido. Como os anticipé, 52 de los Erasmus que formamos parte de la International Cultural Society (un rollo que se han inventado en esta universidad para que los Erasmus hagamos cosas, y nos beneficiemos económicamente de ser una «sociedad») nos alquilamos un autobús con su correspondiente autobusero, y nos fuimos a discover (del inglés, descubrir) el Este de Irlanda.

Yo ya había visitado algunas cosillas con mi familia, pero a decir verdad los paisajes son preciosos, y es algo que no importa ver «repe». Tuvimos suerte y nuestro conductor se perdió, así que la primera parada fue cortesía suya (y de su error) para ver una playa muy chula con un montón de formaciones de piedra. Yo, como era lógico, vi la playa de lejos, pero tenía claro que la orilla no la tocaba ni con una espada láser: estaba c****a de frío y calzaba botas de las que se calan, así que tararíqueteví.

Más tarde llegamos a las Cliffs of Moher, uno de los paisajes famosos de Irlanda, por no decir EL PAISAJE DE IRLANDA. Las Cliffs son a Irlanda lo que la Mezquita a Córdoba o la Alhambra a Granada. Pues eso. En cualquier caso, los irlandesitos están super orgullosos de sus acantilados de Moher, de hecho creo optaban/optan a ser una de las 7 nuevas maravillas de la naturaleza. La verdad es que el lugar es precioso… pero para ir en junio. Yo casi paso a los anales de la historia por morir en esos acantilados arrastrada por el viento. Insufrible.

De todos modos, de bien nacida es ser agrecida, y yo quedé encantada con mi segunda visita a las Cliffs. Cuando acabó el tour, pusimos rumbo hacia Galway donde un fabuloso HOSTEL (de los de sin estrellas) con habitaciones de 8 personas nos esperaba. La verdad, acertamos con el sitio, que además incluía recepcionista español (de Oviedo, más concretamente). Así que ahí estábamos las tres tontas: Jimena, M. José y yo. Por entretenernos con unas cosas y otras todo el mundo se acomodó en sus respectivas habitaciones y nosotras nos tuvimos que buscar la vida. Y buscar la vida significa que acabamos compartiendo habitación con: 2 checos (un checo y una checa) que son novios y llevan prácticamente vida de matrimonio (matrimonio en Erasmus, pero matrimonio al fin y al cabo); el alemán cuarentón que ha organizado el viaje, que se emborracha siempre y que se queda dormido; una alemana muy extraña cuya afición es ir con su cámara refléx y..OH! una montaña: foto, OH! un pájaro: foto, OH! una nube: foto, OH! aire: …foto; y un chino que es belga pero de la zona flamenca. Esta ha sido nuestra habitación, y si a eso le sumáis que estábamos las tres españolitas de turno, pues sale un eurusmundi muy gracioso.

El caso es que por la noche, tras haber hecho algunas compras por el city center hicimos nuestro correspondiente botellón (¿lo dudábais?) en el salón del Hostel. Como éramos 52, más algunos italianos y otra gente que se nos unió, pues estábamos como en nuestra casa. Así, que, sin prisa pero sin pausa. Cuando decidimos el recepcionista decidió que era suficiente (vamos, que era de Oviedo pero no era tonto) nos tuvimos que ir a la calle. Primero, fuimos a dar con el Coyote Bar de Galway, con toro mecánico y camareras subidas en la barra. Vamos, una mierda. Después, y tras miles de vueltas por el centro tan extraño que tiene esa ciudad, acabamos en un Irish pub con música medioqué y cogiéndonos cerveza de una barra libre que tenían unos irlandeses pardos. De nuevo, como en nuestra casa.

Nuestra vuelta al hostel no fue menos anecdótica, sólo os diré que cuando llegamos toda la gente de nuestra habitación llevaba unas 4 horas durmiendo. Y nosotras, bueno…primero entramos a dejar la chaqueta, luego el bolso. Más tarde a por el pijama, y después a por el cepillo de dientes. Más tarde, volvimos a entrar a pordiossabequé y ahí vino el drama: el chino-belga-flamenco montó en cólera. Os podéis imaginar lo qué pasó y la mañana siguiente que me dio repitiéndome que no había dormido por nuestra culpa. Drama.

En fin, que cuando despertamos estaba todo el mundo emocionado porque alguien había comentado que había desayuno occidental en el hostel. No sé yo qué entendió cada uno por «occidental» (a juzgar por sus caras, confiaban en un desayuno a la altura de los del Ritz), lo que sí sé es que había cuatro tostadas rancias y un café peor que el de mi antigua residencia (vosotros me entendéis). El viaje fue horroroso, con las respectivas resacas de cada uno. Sólo puedo dar gracias a que había WC en el bus, porque más de uno hizo los 100 metros lisos por el pasillo para llegar a él (o antes de que la arcada llegara a su fin, para que me entendáis). Qué ajsssqueroza soy.

En fin, paradita en las Ailwee Caves y…poco más. Nuestro estado no nos permitía casi ni mirarnos unos a otros. Gotz, el cuarentón-organizador-narcolépsico dijo que, como era normal, debíamos dar propina al conductor. Cuando dijo esto, casi todos en el bus se miraron corroborándolo. Fue entonces cuando los españoles lo entendimos: en OTROS PAÍSES es normal dar propina. Por supuesto, nosotros aportamos nuestro euro como buenos contribuyentes de la UE, pero vuelvo a repetir mi reflexión: Normal, normal lo de dar propina al autobusero…será en vuestros países. En España, sales del bus con las legañas en los ojos y con un «adiós,muy buenas». ¿Os imagináis darle propina al de los Tirado (empresa autobusera de Pozoblanco)?.

En fin, que como todos los días, aprendimos algo nuevo. Hubo muchas cosas más, pero como vosotros no tenéis ganas de leerlas, no voy a ser yo quién os las cuente… ¿verdad?. Hasta la próxima!

PD: Os dejo el vídeo de nuestra llegada a las Cliffs. We finally made it 😀


Os prometo que en esta ocasión, la culpa no ha sido mía. Señalad a otro culpable, este es: mi casero. Por alguna extraña razón, todos los findes nos quedamos sin conexión a Internet, así que justo cuando estoy relajada y dispuesta a escribir un nuevo post en este, mi blog, nuestro blog: ZAS!, bye bye Internet.

Pero… como estamos a martes, Internet ha vuelto, y no tengo clase (no me preguntéis por qué, porque yo tampoco lo sé), estoy dispuesta a contaros algunas novedades. Otro día os contaré más detalladamente lo de mi casero, y la recogida de firmas que estamos haciendo en la resi. Muy de coña.

En fin, la verdad que novedades hailas, como las meigas. Tras el viaje a Cork, nos costó unos días recuperarnos, así que la semana fue bastante relajada. Las clases siguen siendo infumables, pero cada vez más anecdóticas. ¿Os acordáis de mi profesor de Derecho, el que estaba obsesionado con Alicante?. Vale, pues jamás a ido a Alicante. Paradojas de la vida, el chavito tiene un chalete en Garrucha Playa, provincia de Almería. Está encantado con el pescaicho fricho y la servesita fresqüita, y piensa retirarse a vivir allí tras su jubilación (que en Irlanda también está, POR AHORA, en los 65). Muy simpático, y medio-andaluz, pero muy cabrito. Para la semana que viene tenemos un tochazo de trabajo sobre la difamación que pa mí se quea. En fin.

Así las cosas, nos dimos cuenta de que estábamos a última semana de octubre. Es decir, se presentaba un finde cargadito. Por un lado, Victoria abandonaba el barco, así que pensamos que debíamos hacerle una Leaving Party especial. Sin que la susodicha reparara en ello, le compramos algunos regalitos y una bandera de Irlanda, nos pusimos nuestras mejores galas y la dimos una surprise, surprise en el apartamento de Patrick. Ella encantada, y nosotros con ella. Fue una de las mejores noches que hemos pasado aquí, nos dieron las 7 u 8 con unas cosas y otras y tuvimos momentos de todo tipo: de amistad desenfrenada, de bailes inexplicables,… En fin, las cosas que suelen pasar una noche de estas.

Lo mejor de todo esto es que a mitad de la noche nos dimos cuenta de que yo, primera en firmar la fabulosa bandera de Vicky, la había firmado del revés! Es decir, que en vez de ser verde, blanca y naranja… ¡era naranja, blanca y verde!. Fabuloso, entoné el mea culpa, aunque he de decir que los demás me siguieron como borreguitos en el arte de la rúbrica. Echémosle la culpa a la emoción o al alcohol, el caso es que Victoria se ha vuelto a los Mandriles con una bandera de Costa de Marfil, firmada por sus amigos marfileños. ¿Puede haber algo más exótico?.

Al día siguiente era 30 de Octubre y sábado. Es decir, el día fijado para celebrar Halloween. Nos buscamos una camiseta a rayas y unos tirantes, nos pintamos la cara de blanco y nos echamos sangre por todos los sitios y pista: mimos muertos. El sitio fijado era el apartamento de una chica irlandesa, y aunque estuvo bien, debo decir que la gente no se lo tomó tan en serio como aquella fiesta de disfraces de la que os hablé. Aunque, bueno, hubo excepciones, como la de otra chica irlandesa vestida de Avatar. Ojalá consiga la foto y la podáis ver: increíble. No obstante, fue una noche muy divertida, en la que algunos acabaron rapándole la cabeza a Gotz, un alemán cuarentón que disfruta de su Erasmus y tiene por costumbre quedarse dormido en todas las fiestas. Desde luego, la que le liaron en la cabeza no tiene nombre.

Con esto y un bizcocho, doña Victoria partió un Domingo 31 de Octubre hacia Madrid, y los demás nos quedamos aquí pasando penas (que en una Erasmus se pasan, y muchas). Por la tarde nos fuimos a Dublín centro a ver el cancaneo propio del día de Halloween en la capital Irlandesa. Y ver, vimos de todo: desde la china de The Ring, hasta el de Saw, pasando por Hombres Lobo. En fin, terrorífico. Bueno, no tanto, pero curioso cuanto menos. Nosotros ya habíamos tenido suficiente con el día anterior, así que unos vaqueros y pista. Lo que más me sorprendió es que, aquí en Irlanda, el 31 de octubre hacen como una quema de «todoloquenosequiere». Desde el autobús, se veía a pequeños y mayores quemando de todo: sofás, muebles, libros… En fin, que yo sabía lo de quemar los papeles por la noche, pero esto tan brutal no. Así era, que no había nada más que humo por todos lados (qué exagerada soy).

Para esta semana la cosa se presenta calentita. No deja de llover, pero yo pienso ir a mi entrenamiento de tenis como buena profesional (já). Mañana tengo mi primera presentación delante de toda la clase. Yo, que también me manejaba en estas cosas junto con mi querido y extrañado José Manuel en el CEU, estoy cagada. Sí, porque es en inglés y porque todavía no la he hecho. Pero bueno, lo parte positiva es que es en clase de EFL, es decir, English as a foreign language, es decir… que los que me van a escuchar son Erasmus, como yo, y algunos tienen menos inglés que mi perro. Así que … ni tan mal.

Además, tenemos que vender pasteles en la Universidad. Sí, porque este finde nos vamos un autobús cargadito de Erasmus, esto es, 52 personas, a Galway!. Yo ya estuve con mis padres, pero por supuesto no pensaba perderme esto. Va a ser épico, pero para eso tenemos q recaudar dinero. Dicen que la mejor forma es vender pasteles, yo habría apostado por una sangriada, pero es que no se puede vender alcohol en la Universidad. Ellos se lo pierden.

Como veis, hay actividades de todo tipo. Ya os contaré más, y mejor. De momento os dejo con una foto muy explicativa de la gran Leaving Party de Victoria.

Leaving Party! (altas horas de la madrugada dublinesa)

Leaving Party! (altas horas de la madrugada dublinesa)



  • Ninguno
  • Tia Pi: snif, snif, que penita que acabe esto... con lo qye yo he disfrutado. Mil besos, llámame en cuento llegues al pueblo y nos tomamos algo ¿ vale?
  • Tia Pi: ¿ solo 9 días? y ¿ahora que va a ser de mi sin poder disfrutar de este blog que tan buenos ratos me ha hecho pasar y tantas lágrimas de risas me h
  • erasmuseandoqueesgerundio: Jajaja, para nada Jose, créeme!

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